"La palabra no existe para traducir, para reflejar el mundo. Existe para crear puentes entre las cosas y los hombres" (G.Santiago)
miércoles, 24 de noviembre de 2010
De cerca, todos somos locos
Muchas veces me pasa que siento que escucho el celular pero en realidad no estaba sonando.
Incluso suelo acercarme la cartera al oído sin que me importe lo ridículo del gesto para comprobar si efectivamente suena o no.
Desde hace unos días, sin embargo, tengo la certeza de poder distinguir el sonido real de mi teléfono del sonido que suena en mi cabeza cuando pienso que lo escucho.
O sea: Lo sigo escuchando sonar, pero ahora sé que soy la única y que si atiendo no va a haber nadie del otro lado.
¿Estoy mejor?
lunes, 22 de noviembre de 2010
(des) acuerdo
X: Sí, totalmente... un color clarito para que no achique el ambiente... un celeste claro, por ejemplo. O un rosa pastel.
Yo: Ojo que yo dije blanco, eh.
X: Sí, sí, tal cual...por eso.. un beigecito, no? o un amarillo, quizás, algo así...
Yo: No! Para mí tiene que ser blanco!!
X: Ah! Bien!! Y podría ser... como más tirando a cremita o gris.
Yo: ....(me está cargando?, pienso)
X: Qué bueno que estamos de acuerdo. En un momento tuve miedo de que queramos cosas distintas.
Yo: ¡!
Odio cuando están de acuerdo conmigo en algo que yo no pienso.
domingo, 21 de noviembre de 2010
viernes, 19 de noviembre de 2010
Ah, era por eso.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Uf...
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Cortito
domingo, 14 de noviembre de 2010
amor.
Primero levantó del piso la ilusión. Se la acordaba más liviana y sin embargo ahora pesaba tanto... Después se arremangó la blusa y trató de recuperar también las fantasías... en qué momento había tenido tiempo de desplegar tantas? Mientras las juntaba, sorprendida, se encontró sonriendo al recordarlas. Es verdad que era una sonrisa nostálgica, pero después de todo, quién le quitaba lo bailado.
Las fotos y los regalos decidió dejarlos. Ya no eran suyos y los puso a un costado junto con algunas lágrimas.
Estaba tomando vino y se había desabrochado algunos botones de la camisa para sentir un poco más el aire que parecía faltar en la habitación. Había ido a la pieza para levantar también de ahí lo que le correspondía y aunque le resultaba difícil decir mío a algo tan de los dos, tenía que hacerlo: el placer que había sentido era suyo, los nuevos lugares que había descubierto en su propio cuerpo le pertenecían; Y se los llevaba. Las formas más divertidas que habían encontrado para amarse también las puso adentro porque sabía que de todas formas llevárselas no implicaba sacárselas a él... podían quedárselas los dos si querían.
Se acostó un rato en la cama y se sintió sola aunque le hubiese gustado no sentirse así. Tampoco esperaba llorar como lo hacía pero se ve que para seguir adelante necesitaba primero vaciarse la tristeza.
Pensó en llevarse los proyectos compartidos: las ganas de vacacionar en la India, de vivir en Londres, de tener un perro que se llame Pluma y que sea enorme.
Caminaba descalza y seguía intentando juntar cada pedacito de amor que había entregado en los últimos dos años. Para eso había ido hasta ahí.
Sabía que el vacío que sentía no era sólo por su ausencia, la de él, sino principalmente porque le estaba faltando el amor que había dado, su propio amor, que había quedado desparramado después de la separación.
Fue entonces cuando aprendió a querer a su tristeza, cuando entendió que tenía el tamaño del amor que había sentido. Si estaba así de triste significaba que tenía toda esa enorme capacidad de amar.
Se alegró al pensar que la taquicardia antes de cada encuentro era suya y siguió recorriendo la casa, agachándose para levantar los abrazos que se habían caído y haciendo lugar para todas las sorpresas que alguna vez había preparado.
Buscó las cosas lindas que había dicho y también las que había generado y una a una se las volvió a poner al hombro.
Veía que la carga iba creciendo y se preguntaba dónde iba a ponerla ahora. Pero sabía que era mejor esa tristeza, la de no saber dónde volcar un sentimiento tan grande, que la otra, la de él, de tener un atadito de amor tan chiquito que entra en cualquier parte y se vuela con el menor viento.
Respiró hondo y tuvo que hacer fuerza para pasar por la puerta con tanto equipaje.
Sabía que iba a ser feliz y sintió cosquillas en la panza cuando dio el primer paso fuera del edificio. Se sentía más liviana, en vez de más pesada, ahora que cargaba de nuevo su enorme cosecha de amor.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Diálogo
C: Saben que Psicología es la carrera social con más gente? En Argentina hay más cantidad de psicólogos que de contadores!
P: Eso algo dice del país...
C:...
P:...
Yo:... Y qué dice?
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Multiplicidades de B
Brian nació siendo Hugo y todos lo llamaban Pablo.
Era un bebé tranquilo que lloraba muy poquito y siempre en los momentos adecuados. Nunca a medianoche, por ejemplo, o cuando veía que sus papás estaban muy ocupados. Era como si durante sus primeros años de vida, a pesar de ser el centro de la familia, él se hubiera amoldado a las necesidades del resto y no al revés.
Cuando entró al jardín, al conocer otros chicos de su edad, una parte de Pablo-Brian-Hugo se convirtió en Bruno. Las maestras le contaban a los padres cómo su hijo dirigía el juego de sus compañeros y se enojaba cuando los demás no querían hacer lo mismo que él,cómo le costaba compartir sus juguetes y que en varias ocasiones lo habían encontrado mordiendo a algún compañerito que tenía algo que él quería. No puede ser, pensaban los papás para adentro mientras asentían con preocupación.
Bruno fue creciendo y en sala de cuatro conoció a una maestra que despertó al Lucas que hasta ese momento no había aflorado en él. Fue cambiando lentamente la actitud hacia sus compañeros y empezó a hacerse más amigos. Los papás veían el cambio como algo natural, porque para ellos Lucas era más parecido al Pablo que ellos conocían y Bruno en cambio les parecía totalmente ajeno.
A mediados de primer grado, por primera vez Bruno-Lucas -Pablo -Brian se dio cuenta de que Hugo le iba a servir también en la escuela. Aprendió rápidamente a leer lo que querían sus maestros y empezó a destacarse por su orden y su cumplimiento. Había que usar la regla? La usaba. La fecha se escribe con color? Así lo hacía... era tan fácil como ser un buen hijo.
Pablo -Brian-Lucas-Bruno-Hugo...
Quién hubiera pensado que podía ser también Ariel? Ja! Imposible imaginarlo antes del proceso que hizo en terapia. Fue una personalidad que emergió de a poco pero cada vez con más fuerza.
Hubo un momento en que Hugo incluso estaba convencido de haber dejado de serlo. Creía ahora ser exclusivamente Ariel y se sorprendía cuando determinada situación volvía a despertarle el Bruno que por supuesto también habitaba en él.
A los 18 años, en un cumpleaños de un amigo, conoció a una chica (Clara-Jimena-Paola-Mabel). En ese encuentro, por arte de magia, cada uno devino la persona de la que el otro se enamoró. No fue tanto que Bruno-Brian-Hugo-Lucas- Pablo -Ariel se hubiera enamorado de Clara-Jimena-Paola-Mabel. En realidad fueron Gerardo y Ana los que nacieron y se enamoraron en ese momento. Un amor que duró cien años y mutó mil veces: Gerardo y Ana, Lorena y Gabriel, Julian y Mirta, Matías y Teresa, Silvana y Ezequiel, Lucrecia y Martín, Damián y Marcela, Esperanza y Manuel, Estefanía y Juan Cruz...
Santo remedio
lunes, 8 de noviembre de 2010
Deseo
sábado, 6 de noviembre de 2010
viernes, 5 de noviembre de 2010
Ana
Plagio
Todo y Nada eran muy amiguitos. Algunos decían que se llevaban bien porque eran muy distintos. Otros, en cambio, opinaban lo contrario: “en el fondo, esos dos son tal para cual”.
Un día de verano, volviendo de la escuela, Todo y Nada pasaron por al lado de un lago y decidieron meterse para refrescarse un poco. Se sacaron los delantales y se zambulleron sin pensarlo dos veces.
Después de jugar un rato salieron muertos de frío y cada uno, apurado, se puso sin darse cuenta el delantal del otro... y así caminaron de ahí en más, Todo vestido de Nada y Nada vestido de Todo.
Fin
Moraleja 1: A veces por querer Todo te quedás con Nada.
Moraleja 2: A veces pensás que es Nada aquello justito que en realidad es Todo.
Moraleja 3: Siempre ponele nombre a las cosas que llevás a la escuela...
jueves, 4 de noviembre de 2010
Filosofía barata
Papás
Nació Manuel. Y cuando llora, pienso: claro...
Y cuando se me queda dormido a upa y ya con eso alcanza para estar bien, pienso: claro...
Cuando una vez estornudó, y después se puso bizco, y “cómo sostiene la cabeza, qué fuerza tiene!”. Cuando mueve la boca pidiendo teta o de repente se te queda mirando a los ojos. En todos esos momentos, pienso: claro...
Y también pienso si sabrán.
Se me anuda la garganta pensando si sabrán.
Lo veo a él tan chiquito y ya tan importante. Tan mágico, tan increíble. Y pienso: que estés bien, que seas feliz, que si te pasa algo malo sea bueno, que todo, todo, todo el amor que pueda darte te llegue, que viaje de mí hacia vos a través del aire y a través de nosotros mismos en cada abrazo, cada provechito, cada mimo, cada upa.
Y me pienso chiquitita, bebé, con dos papases preocupados en entender qué quiero cuando lloro, qué me gusta de lo que hacen, qué me hace mejor y qué peor y cuándo y cómo y todo.
Y pienso, claro...
Y pienso, sabrán?
Porque cuánta entrega, no? Entrega de la más preciosa y hermosa y verdadera y sincera y desinteresada. Cuánta! Y eso de que los papás siempre quieren a los hijos, y eso de que los papás saben todo y eso de que sivosestásbienyotambiénestoybien,pichona. Todo eso no es siempre, eh. Todo eso es una razón enorme para agradecer. De verdad, agradecer mucho.
Agradecerles mucho.
Por todo.
Por quererme tanto y quererme bien.
Porque hoy en día incluso, ya con 28 pirulos, sigo tomando las decisiones que tomo sabiendo que ellos me respaldan. Contando con ese respaldo. Yo sé que la base de todo lo bueno que me pasa, de TODO lo bueno que me pasa, tiene una base anterior, que son ellos.
Desde lo más material y superficial hasta lo más profundo.
Y pensar que fui su Manuelita, que vivía en Peguajó pero un día se marchó, me emociona mucho. Y me imagino a elloss... que me vieron tan chiquitita, tan necesitándolos. Que fueron los que primero adivinaron que dos llantos era hambre mientras que uno más larguito era sueño.
Una vez vi una foto de un mural que hay pintado en alguna calle de Cuba que dice: “Los peces no saben que el agua existe”.
Que sería algo así para mí como que hay cosas tan pero tan vitales, tan que las necesitamos para vivir, pero que sin embargo las naturalizamos y ocultamos su importancia.
Parece que la llegada de Manu, tan pececito él, me hizo ver el agua y quería agradecerla. Agradecerles mucho.
Gracias por tanta agua.
lunes, 1 de noviembre de 2010
Círculos y rectas
No siempre, pero a veces, uno se levanta con la sensación de que nada tiene sentido si uno sigue sin poder ver en las rectas, círculos infinitos... porque después de todo, como diría Saramago, el paisaje no es más que un estado del alma; y lo que uno ve fuera no lo ve sino con los ojos de adentro.