miércoles, 31 de octubre de 2012

socia

Empieza un nuevo mes
y se renueva la esperanza
de escuchar algo lindo
en Vinilo.

en astillas

¿En qué se van a transformar
el llanto que no lloramos
la risa que no reímos
los besos que no nos dimos
cuando quisimos?


martes, 23 de octubre de 2012

Coherencia

Yo: bla bla bla

Amiga: Ay, eso que dijiste es muy tu blog.

Yo: Y sí, no?... lo escribo yo...


Hace mucho que no escribía un diálogo.

Floto

No puedo dormir ni estar despierta,
hablar o estar callada.
Soy un paréntesis de mí
hasta nuevo aviso.

¡Avisame!

lunes, 8 de octubre de 2012

Libre


Cuando logre por fin
tirar todos los cercos
que hoy contienen mi libertad,
y sea tan amplia
y extensa
que ya ni quepa
en la inmensidad
más inmensa;

En ese momento,
y no antes,
voy a levantar todos los cercos,
los que yo misma tiré,
y a ponerlos
uno a uno
en lugares nuevos
y cercanos.

Porque si para algo quiero mi libertad
es para elegir a qué atarla.


Argentinidad


Una amiga volvió de luna de miel hace unas semanas. 
Relatando el viaje, comentó una discusión que había tenido en inglés con la gente del aeropuerto.
Qué difícil discutir en inglés, pensé, y acto seguido me acordé de lo siguiente:

Cuando era chiquita mis abuelos me llevaron a Disney.
En uno de los parques, conocimos a una argentina que nos contó cómo ella había sabido utilizar el lenguaje al quejarse por una falla en un juego. Creo que había sido una discusión larga, de la que sólo recuerdo la frase final con que la argentina recibió las disculpas del chico que la atendió:

-¡I´m sorry the balls!- le había dicho.

Clarísimo, no?

Frases familiares

Cuenta la leyenda
que hace muchos años,
un día de lluvia,
estacionó mi padre el auto
desoyendo para eso la advertencia de mi madre.
"No se inunda" había gritado él,
categórico.

Cuenta la leyenda
que horas más tarde,
al volver al auto
nos encontramos más bien con una canoa.

"No se inunda" es,
en mi familia,
una frase ideal
para mostrarle al otro
que está siendo vehemente
con algo que, en verdad,
no sabe.
Abrir la ventana
por el placer de taparme.
Así te peleo:
para amigarme.