Ya otra vez se me había aparecido esta frase de manera irónica. Y hoy fue clarísimo.
A la salida de Retiro hay una villa por la que uno pasa con el micro cuando sale.
La imagen siempre es un poco fuerte... uno yéndose de viaje, o volviendo, y al lado una villa...
Hoy, para mi sorpresa, cuando me tomé el micro y salí de la estación, vi que las fachadas de las casitas de siempre -las mismas que se armaron ladrillo sobre ladrillo y sin habilitación- estaban pintadas de colores!!
Seguro que no tienen agua de red, cloacas o cableado de luz.
Seguro que las fachadas no fueron pintadas por personas del barrio.
Seguro que los colores no transformaron la realidad de nadie.
O quizás sí: la de los que viajan en micro y ahora piensan que la realidad de la gente de la villa es linda, alegre y llena de color.