domingo, 20 de marzo de 2011

La gente sabe

La semana pasada fui por primera vez a la tintorería que queda a dos cuadras de mi casa.
Había dejado para lavar una mochila que me habían prestado y tenía que devolver.
Cuando pasé a retirarla, la señora del lugar me dice:
-Cerramos a fin de mes.
De repente los quise. Me habían tratado bien. Habían sido muy amables y no me habían cobrado caro. La mochila estaba limpísima y yo no sabía si era que se mudaban o cerraban para siempre. Si la señora estaba triste o contenta. Y no sé por qué pero un poco me conmoví.
-¿Se mudan? - le pregunté.
-No, cerramos. Nos suben el alquiler al doble y el negocio no da para poder pagarlo. Además, mi hermano ya no va a volver y el lugar es de él.

El hermano no va a volver... de dónde? está bien el hermano? está mal? están peleados?...
Les suben el alquiler y el negocio no da para pagarlo... y claro, si está todo carísimo. A cuánta gente le estará pasando lo mismo!
Sentía que estaba teniendo una conversación personal con la señora pero no tenía idea de qué significaba nada de lo que decía.

-Vendrá algo nuevo- arriesgué. Era algo verdadero por lo menos y hasta esperanzador si es que la señora necesitaba esperanza.
-Seguro... No sé igual todavía qué negocio pondrán acá.
-No, no... yo lo decía por uds. Que seguro ahora va a venir algo nuevo para ustedes.
-Ah, si... los cambios siempre son buenos. Son duros a veces, pero buenos.

Y ahí terminó la charla. Y pensé que la Sra. era muy inteligente. Y que seguro hay mucha gente inteligente que uno se cruza todos los días por ahí.

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