En Cuba, para ir de un lugar a otro, la gente se para en la vereda y detiene a los autos para ver si van al mismo lado. Si hay coincidencia, suben y comparten el viaje.
Además, muchos edificios y casas no se molestan en asegurar sus cerraduras y la gente camina por calles oscuras de noche con la misma tranquilidad con la que lo hacen durante el día.
Muy diferente al encierro de las rejas, los piquitos bien bajos y las ventanillas bien subidas, los portones, las cerraduras y tantas otras formas en las que tratamos de mantener alejados a los otros.
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