martes, 5 de marzo de 2013

Tengo mi manera de enfrentar las crisis.
Un estilo que podría llamarse "estilo gomera" (?):
Recibo el problema en el centro del pecho
y me dejo hundir tanto como sea necesario.
Tanto que a veces, 
me da miedo quebrarme
en ese movimiento
interminable
que me lleva en reversa
a lugares desconocidos.
Y yo voy, en parte,
porque no puedo hacer otra cosa
pero también porque sé,
por propia experiencia
que en un momento
la tensión se termina
y que lo que viene,
después del repliegue
no es un quiebre
sino un vuelo
que se alimenta del impulso
que le dio cada paso
que parecía retroceso
pero que era
en realidad
preparación para el despegue.

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