lunes, 16 de julio de 2012

Tsunami de amor

Existe el momento
en que duele la calma
y añora el lago
la potencia del río.

Extraña la fuerza
que agita lo quieto,
el mudo sonido
del fin del silencio.

Del mero deseo
nace la ola,
primero burbuja
después movimiento.

Se arrastra despacio
sueña su vuelo,
sube al empuje 
del mínimo viento.

Empieza a elevarse,
primero con miedo,
tantea y se estira
en busca del cielo.

Permite que el aire
acaricie su cuerpo,
vaivén que la activa
y despierta con besos.
  
Y llega el momento
en que explota con fuerza,
se escuchan los ruidos,
que a veces son truenos.


Vibra y se agita,
sacude el terreno,
traspasa los bordes
de lago sereno.
Emerge la espuma,
recién satisfecha,
inicia la vuelta
al agua más quieta.

De nuevo la calma,
la alegre pereza
del cuerpo en reposo
y el alma contenta.

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