jueves, 20 de octubre de 2011

comprar un saco en un día de calor, de manera impulsiva, porque había descuento con el banco, porque sale más barato que en el próximo invierno y porque nada me convencía de la nueva temporada.
después entrar al subte y ver un cartel escrito a mano apoyado en el regazo de una señora, sentada en una esquina al pie de la escalera, entre las sombras.
mirarla y sentir ternura y percibir cómo se angosta la garganta de repentina tristeza.
comprar un paquete de galletitas, en un día de calor, adentro del subte, para sostenerlo con  la mano que no carga el saco.
volver hacia atrás y querer abrazar a la señora pero en lugar de eso hacer el gesto mecánico de estirar la mano, dejar el paquete, dar algo y no dar nada.

1 comentario:

  1. he sentido esa sensación de dar algo pero no dar nada. Y eso de correr tras las ofertas, también

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