viernes, 28 de octubre de 2011

proyección

A veces dibujo patos.
Lo hago en márgenes de hojas, en servilletas de bares, cuando estoy aburrida o muy concentrada.
Y lo hago porque sí, casi sin darme cuenta, dejando que sea el pato el que decida los trazos. De hecho, si me preguntaran, juraría que no sé cómo dibujar uno. Mis patos se dibujan a sí mismos.
Resulta que ayer hubo uno que quedó muy lindo y que más que pato parecía un pavo real en el momento inmediatamente anterior al pavoneo.
Al lado, de manera inconsciente, escribí esta frase a modo de presentación:
"Soy un pavo real que nunca abrió sus alas."

Pero me parece que hablaba de mí.

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