jueves, 21 de julio de 2011

Hipocondria

Quizás este miedo absurdo cuando se me duerme el brazo izquierdo.
O tal vez la desconfianza con la que miro los lunares que ya conozco de memoria,
Quizás esta manía de ir a la guardia más de tres veces por año.
O tal vez la seriedad con la que respeto mis resfríos.

Puede ser que por ahí ninguna de esas cosas sean señal de tenerle miedo a alguna enfermedad.

Quizás la paranoia si no lavé bien la verdura.
O tal vez la somatización de todos los síntomas del dengue.
Quizás la certeza de que esta vez sí es terminal la fiebre.
O tal vez googlear “caida de pelo recurrente”.

Puede ser que por ahí ninguna de esas cosas sean señal de tenerle miedo a la muerte.

Quizás la atención con la que leo las contraindicaciones de cualquier remedio.
O tal vez la inquietud con la que examino los resultados de los análisis de sangre.
Quizás el tiempo que paso pensando en todas estas cosas.
O tal vez la energía que coloco en descartar cualquier “desperfecto”.

Puede ser, por ahí, que nada de esto sea miedo a la enfermedad o a la muerte.
Si no, simplemente, todo lo contrario.
Quizás la energía, el tiempo, la inquietud, la atención, la certeza, la somatización, la paranoia, la seriedad, la desconfianza y el miedo, no sean más que algunas formas de no enfrentarme a las ganas, la excitación, el disfrute, la felicidad, la incertidumbre, la alegría, la evolución, el deseo y el amor que sólo son posibles en vida.

2 comentarios:

  1. ...o que te gusten tanto que no quieras perder todas esas cosas. La mayor causa de sufrimiento es el deseo.
    Yo me ataco con los lunares. Y sufro esperando el resultado de la mamografía. En cambio sé que tengo el colesterol x las nubes y a eso no le presto atención (¿será que quiero elegir como morir???)

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  2. Definitivamente me gusta más tu interpretación que la mía!

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