Cada vez me pasa más rápido de distinguir a la gente que sí de la gente que no.
La gente que sí se siente como casa ya desde el principio.
Se descubre como si se conociera.
Los encuentros parecen cenas de amigos
y hay un interés genuino en lo que dice el otro.
Por la gente que sí, vale la pena cambiar el recorrido.
Así que me quedé un poquitito.
Y ahora me voy.
A por más encuentros... salud!
P.D: Sí, hay que tener cuidado con los juicios apresurados... i know, i know.
en que andas querida!!???
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