jueves, 7 de febrero de 2013

Te Bangkok!


Tengo que confesarte que llegué con un poco de miedo
-siempre tengo miedo-
de que vuelvas a no gustarme,
de que me voltee el calor
o me moleste tu show
de país prostituido.
¡Y de repente me encantaste, Bangkok!
Cambiaste tanto...
¿O acaso siempre hablaste inglés
y tuviste un barco lindo
y un skytrain
y un Gran Palacio?
Incluso,
esta vez,
tu locura me sonó tan genuina,
tan poco actuada.
Quizás te comiste el personaje
de tipo de la noche,
de luces de colores,
tatuajes flúor
y pantalla gigante...
Pero en todo caso,
Bangkok,
ya sos un poco eso
y se te puede querer así:
excesivo y bizarro.
Después de todo, quizás,
yo también sea un personaje
un poco excesivo
un poco bizarro.
Sólo que,
sin dudas,
con mucho menos neón.



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