domingo, 6 de mayo de 2012

Soy preposición

"Sólo tres elementos había en el desayuno. Sólo tres y siempre los mismos. Pan, manteca y mesa. 
Y aún así era éste el primer momento del día en que se sorprendían las preposiciones a sí mismas.
Todas las mañanas amanecía el Sol al mismo tiempo que el ritual y las preposiciones gustaban de pensar si era la salida del sol la que marcaba su hora o si era acaso al revés. Si como con todas las demás cosas estaba en su poder decidir cuál sería ese día la relación.
Esa mañana, la primera que llegó a la mesa fue "de" y se ubicó entre pan y manteca.
-Por suerte- pensó "A", detestaba que sea "sin" el primero en llegar. Si iban a comer de nuevo pan sin manteca, por lo menos que sea de manteca para así poder aunque sea recordar su sabor.
"Bajo" se ubicó entre pan de manteca y mesa, y ahora "A" ya no estaba tan contenta. Porque comer bajo la mesa, incluso pan de manteca, que le encantaba, siempre le hacía doler un poco acá"

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